Jacqueline Romero Gómez
Tabatha Brisa Montes Anaya
Las vitaminas son moléculas que desempeñan un papel fundamental en la salud, son necesarias para distintos procesos metabólicos y evitar la escasez de antioxidantes en el cuerpo, los cuales retrasan la oxidación de diferentes moléculas y el exceso de los denominados radicales libres producidos por agentes externos o por el mismo organismo durante procesos bioquímicos; por ello si no se tiene la suficiente
cantidad de antioxidantes para contrarrestar estas moléculas, existe una gran posibilidad a padecer algún tipo de enfermedad.
Los alimentos son la fuente inmediata de las vitaminas E y C, por lo que el potencial
antioxidante es más eficaz; sin embargo, la industria farmacéutica ofrece productos que también aportan determinadas cantidades para beneficiar este equilibrio. Por ello, hacer conciencia sobre tener una dieta correcta que nos aporte los nutrientes vitaminas necesarias para fortalecer nuestro sistema inmunológico es de vital importancia, sobre todo hoy día con la pandemia de COVID-19.
Esta investigación se enfoca en las vitaminas C y E, ya que son conocidas principalmente por proteger a las células contra los daños causados por radicales libres y especies reactivas del oxígeno a las biomoléculas de los organismos, evitando el envejecimiento celular, el estrés oxidativo, y enfermedades derivadas de ellos, como las cardiovasculares. El proyecto se diseñó pensando en la problemática mundial de contaminación, con la constante producción de sustancias nocivas que incrementan los factores que alteran la homeostasis del cuerpo humano.
Se desarrollaron experimentos en casa para demostrar el potencial antioxidante de las vitaminas C y E mediante su aplicación a dos frutos reconocidos por su rápida oxidación, y mediante la observación del resultado de sus mecanismos antioxidantes se logró inferir que las vitaminas C y E son imprescindibles en dichos sistemas en las células, y que además su efecto puede potencializarse cuando actúan de manera
conjunta.